¿Qué es restaurarlo todo en Cristo?
Hoy quiero que sepas que no estamos perdidos y que siempre podemos volver a empezar en Cristo mientras estemos vivos.
Este poema te lo puede explicar todo mejor:
Para restaurarlo todo en Cristo,
Hay que permanecer unidos,
Pedirle al paráclito que nos haga ungidos,
Hacernos uno con tu carne en el divino sacrificio.
¿Qué sería de nosotros sin tu amor indiviso?
Sin tu misericordia que nos salva del pecado y sus abismos,
No dejes que perezcamos en tu servicio,
No permitas que se nos olvide lo que un día te prometimos.
Ser completamente tuyos, reconociendo nuestra nada y nuestros vicios,
Clamándote la gracia de caminar hacia Ti sin extravíos,
Que en nuestra debilidad te Gloríes Dios Altísimo,
Y que te digamos Santo, Santo, Santo, todos al unísono.
Quítanos la venda que nos puso el enemigo,
Llena a profundidad nuestros vacíos,
Ponemos nuestras heridas a tus pies como cálices vivos,
Discípulos del cordero que abrió el cielo sin aviso.
Recúbrenos de tu gracia que es el celestial vestido,
Y todos los días en la oración que es un mar haznos sumergirnos,
Que nos movamos en tu presencia que nos guía hacia el verdadero camino,
Que latamos dentro de tu corazón que está tan dolorido.
Danos de tu amor para vivir en paz en medio de lágrimas y quejidos,
Guárdanos oh Señor de todo mal y peligro,
Quédate en nuestro lado cuando en la batalla estemos caídos,
Y levántanos de la miseria como nuestro fiel amigo.
Enséñanos a ser tus esposos pero primero ayúdanos a ser buenos hijos,
Que confiemos ciegamente en que siempre estás y nunca te has ido,
Haz de nosotros los apóstoles que soñaste en el principio,
Que los últimos tiempos sean el medio para a tus pies seguir rendidos.
Que nuestra alma ansíe cada día más tu amor eucarístico,
Y que ser de María sea nuestro más valioso título,
Se burlaron de Ti cuando te decían: "Baja de allí Rey de los judíos",.
Pero nosotros sabemos que eres Dueño hasta de lo que aún no está escrito.
Danos un Espíritu nuevo y agradecido,
Que en cada dificultad veamos tu auxilio,
Que nada nos separe de tu brazo poderoso que libera a nosotros los cautivos,
Pues a veces parecemos encarcelados en medio de mentiras y desperdicios.
Danos la perseverancia final y fortaleza en medio del martirio,
Y que nunca nos falten las armas espirituales que nos diste como elegidos,
Sabes Señor que de Ti nosotros somos completamente indignos,
Pero queremos cada instante decirte, Jesús en Ti confío.
Reina por siempre Señor, que reine tu Sagrado Corazón ¡Viva Cristo Rey!